domingo, 15 de enero de 2017

Después de la caída.

Alba estaba decidida, después de la tormenta que había pasado en su vida, seguiría con lo planeado, ella estaba convencida que su vida seguiría por buen camino, no sabría cómo, pero se las rebuscaría. Además siempre en el correr de los años ha contado con un sinfín de respaldo, ya sea familiar o de algún alma samaritana que estaba dispuesta a darle una mano. Alba sabía que no podía rendirse, no después de haberla luchado tanto, no si todavía tenía un respaldo.





jueves, 12 de enero de 2017

Oposición
Sara estaba sentada sobre el frío piso de su habitación, sus manos enroscadas entre sus piernas y su cara hundida entre sus rodillas, estaba tristes y sus lágrimas amenazaban con ahogarla.
Después de varios minutos la puerta de su cuarto se abrió y su amiga, Belén, estaba allí junto a ella.
– ¿Qué tienes?, me dijo tu mami que viniste muy mal de lo de tu abuela, ¿acaso le ocurre algo?
Sara se limpió sus mejillas empapadas y contesto: –Esa vieja amargada me odia.
Belén no sabía si reírse o quedarse seria sin hacer ninguna mueca.
– ¿Por qué dices eso?
–Mamá le contó que yo había empezado mis clases de actuación y la muy bruja le dijo que era una pérdida de tiempo, que todo lo que hacía mandándome ahí era gastar su dinero.
– ¿Y?
– ¿Te parece poco?, ¿Qué tu propia familia no te apoye?
– ¿Lo vas hacer igual?
–Más vale.
–Entonces,  ¿por qué lloras?
–Me da rabia.
–Entendí hace unos días que cuando uno se pone las pilas para hacer algo, o confía en algo o en alguien o de repente todo marcha bien, en algún momento las cosas se ponen algo turbias, ya sea por alguien que nos tira el ánimo abajo con alguna frase fuera de lugar o simplemente una situación– Belén miro a su amiga con una sonrisa tranquilizadora– No gastes tu tiempo en ponerte triste o enojarte, lucha por lo que querés, al fin o al cabo es tu vida.



lunes, 9 de enero de 2017



Construyendo una amistad

Carlos era consciente de que su nuevo papel en la sociedad empezaba a tomar forma, ya no era un niño y por lo que su acné le dejaba ver ya estaba en la odiosa etapa de la pubertad, o al menos eso decía su abuela.
–Te pondrás más terco, le aullarás a tus padres en todo y serás una planta en tu habitación.
¿Era realmente cierto lo que le decía su abuela? ¿Acaso se convertiría en lobo?
En fin Carlos duró mucho tiempo en descubrirlo, él y su prima Patty eran nuevos en el liceo en donde asistirían y la regla número uno de la ciudad era pertenecer a una pandilla. Carlos se preguntaba, “¿qué si no consigo una, me convertiré en lobo?"
Quizás es gracioso verlo caminar por ahí simulando saber cómo debe comportarse, pero no para él este primer día en el liceo sería como su presentación a la nueva era de su vida.
Fue frustrante para el cuándo volvió a su casa y no llevaba ningún racimo de amigos como muchos los habían logrado.
–Es que eres nuevo en la ciudad ¿qué esperabas?– preguntó su hermano mayor.
– ¿Me convertiré en lobo?
–La abuela y su ridículo discurso de la pubertad, Carlos, solo tienes que relajarte, una amistad no nace de la noche a la mañana, solo se forja con el día a día.
Carlos miró a su hermano como aliviado y preguntó: – ¿Entonces si conseguiré amigos?
–Por montones, si así lo decides, o puede que sean contados con los dedos de una sola mano, en fin esa será tu decisión.
– ¿Qué debería tener en cuenta?
–Como ya lo dije la amistad es algo que se construye, como una casa, lleva días levantar una construcción, primero lo primero, conocer a la persona, ver que tienen en común y si se aceptan tal cual son ese será el indicado.
– ¿Y si tiene cosas que no me agradan?
–Solo piensa que tú también las tienes y ese será el secreto para que dure, la tolerancia.

jueves, 5 de enero de 2017



Para los días tristes.
¿No te pasa que hay días en los que simplemente no deberíamos salir de la cama? Es en esos días en que la pachorra ataca o que la tristeza invade todos tus sentidos, a veces tenés motivos, a veces no. Está bien tener esta clase de días, lo que no está bueno es que se nos hagan común.
Aldana quería levantarse, juraba por el cielo entero que debía hacer una y mil cosas, pero su ánimo no concordaba con su día ya planeado, su corazón estaba abatido, triste, quería llorar hasta quedar dormida otra vez. Si le preguntaban qué le sucedía estaba segura de que tenía más de un motivo para estar así, sin embargo, se levantó a duras penas, lavo sus dientes y se dijo así misma, debes afrontar tus tristezas. No diría que eso le basto para estar bien, estiro sus brazos al cielo y con un susurro alentador de  “tu puedes”, puso a toda voz su música favorita y comenzó a realizar las tareas primordiales, cuando quiso acordar la tristeza y todo malestar se habían esfumado, al menos por el momento.
Aldana supo en ese instante que ella era la única que podía cambiar sus días tristes, por un día en compañía de la mejor canción y su sonrisa sincera.

lunes, 2 de enero de 2017

El universo conspira.



Eliana decidió que estaría en paz con ella misma, dejaría la “mala” vida que estaba llevando, sufrir por personas que no valían la pena, y se concentraría en lo que realmente importaba, ella.
A veces reconciliarse con uno mismo es difícil, porque cargamos con munición pesada en bolsas bien selladas por si esas “municiones” quieren escapar. A pesar de esto ella siguió adelante con este gran paso, miró las estrellas titilantes en el cielo y sintió como su mente se suspendía en aquella manta negra que poseía pequeños brillos.
Depender de sí misma le era tan fácil, pero desprenderse de lo que creemos que desordena nuestras vidas y suspendernos en el aire liviano, no es fácil, porque debemos depender de la fe, Eliana tenía fe, fe en sí misma, pero esa noche supo que debía depender de algo más, y optó por poner su fe en el universo.
Sintió como una paz envolvió sus sentidos y sabía que después de esa noche no sería lo mismo.
El cielo le inspiraba confianza, se dio cuenta de que solo necesitaba el aire para respirar y amor, amarse.
Al principio se sintió absurda, hablar con el universo o con quien estuviera detrás de aquel manto oscuro no era sencillo, pero sintió paz y siguió hablando a las estrellas.

–Seguramente el universo conspirará a mi favor–  pensó Eliana con lágrimas en los ojos.